A veces subestimamos el poder que tienen las palabras, no somos conscientes de las consecuencias que puede tener un comentario que hacemos a los demás o incluso a nosotros mismos.
Te has puesto a pensar ¿Cómo te hablas a ti mismo/a? ¿Qué palabras usas para describirte? o ¿Cómo le estás hablando a tus hijos?
Tengamos en cuenta que cuando nos hablamos a nosotros mismos con compasión, nos recargamos de autocuidado y amor, y cuando le hablas a tus hijos con cariño y respeto estás construyendo puentes que te permitirán guiarlos en la vida.
Deja un comentario si cada vez eres más consciente del poder de las palabras.