A veces no necesitamos decir nada frente a los sentimientos de tristeza y molestia de nuestros hijos, sencillamente con mostrar empatía y cercanía logramos que ellos se sientan “sentidos” y soportados para transitar sus emociones.
Entonces, en lugar de pedirle que se “calme” o que te diga que le sucede; solo muéstrale que estás disponible para cuando se sienta listo para conversar o recibir un abrazo.
¿Has intentado ante una emoción de tristeza o molestia quedarte cerca y en silencio? ¿Como resultó?