Para el sano desarrollo de nuestros niños y niñas es necesario que crezcan en familias en donde hay límites claros que se les enseñan desde el respeto.
Es muy probable que la respuesta ante los límites que les expresemos sea de resistencia y frustración. Estas manifestaciones emocionales son naturales de parte de cualquier persona cuando recibe una respuesta negativa, por lo tanto no intentes rescatarlo eliminando el límite porque esto le hará más daño que la frustración pasajera que pueda tener en ese momento.
A continuación, te comparto algunos elementos que puedes tener en cuenta al expresar los límites:
- Sé claro y seguro al enseñarlos. Ejemplo “Es hora de dormir” y ante cualquier petición, mantente en silencio y señala tu reloj o el cuadro de rutinas que previamente han creado juntos.
- Enseña desde ejemplo. Muestra a través de tus acciones que por ejemplo los golpes o gritos no se permiten en casa.
- Transmite los limites de manera positiva, en lugar de decirles “no grites”, dile “habla bajito”.
- El no tiene que tener sentido, por lo tanto, evita caer en prohibiciones innecesarias, porque esto causará rebeldía y menos disposición en seguir aquellas normas que son fundamentales para ti y la familia.
- No cedas en aquellos limites que protegen y cuidan la integridad del niño y la familia. Ejemplo: “Para cruzar la calle nos sujetamos las manos” (Límite que cuida la integridad) o “En casa nos tratamos con respeto por lo tanto no permito que me agredas (Límite acerca de un principio o valor familiar)
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