Mi primer encuentro con la Disciplina Positiva no fue en un salón de clases ni en una conferencia. Fue en casa, siendo mamá. Buscaba respuestas, una manera de acompañar sin gritos, sin castigos, pero con firmeza y amor. Me topé con el libro Disciplina con amor, sin imaginar que esas páginas marcarían el inicio de un nuevo capítulo en mi vida. No solo era una madre aprendiendo, era una mujer despertando a un propósito más grande: contribuir al bienestar de la humanidad a través de relaciones más conscientes y respetuosas.
En 2008, me certifiqué como educadora en Disciplina Positiva en Estados Unidos. Desde ese momento supe que esta filosofía era más que una herramienta educativa; era un llamado. Un llamado que me sostuvo incluso en momentos complejos, como cuando enfrenté un proceso de cáncer. El propósito fue mi motor.
En 2010, me certifiqué como entrenadora con el deseo profundo de expandir lo que había experimentado junto a cientos de familias. Fue así como organicé el primer entrenamiento en español fuera de Estados Unidos. Sentí miedo, y hubo quienes dudaron de que lo que ofrecía fuera real. Aun así, seguí adelante.
Esa primera certificación reunió a personas de distintos países de Latinoamérica, muchas de las cuales hoy son referentes en sus comunidades. Y desde entonces, el camino no se ha detenido.
Mi compromiso con el bienestar y la conexión humana me ha llevado a liderar la implementación del modelo de Disciplina Positiva en Latinoamérica y España, trabajando con instituciones y comunidades para crear entornos más respetuosos y empáticos. Este camino no solo me ha permitido aprender de diversas culturas, sino también profundizar en la Psicología Adleriana, un enfoque que integro en mi trabajo diario.
Hoy sigo con la misma pasión y entrega, convencida de que cuando compartimos lo que aprendemos desde el corazón, sembramos esperanza. Porque solo desde la contribución podemos construir una humanidad más consciente, compasiva y conectada.
Fomentamos la confianza y la determinación.
Cada persona es valiosa y merece ser escuchada.
Liderar es transformar y generar impacto.
Si buscas fortalecer tus relaciones, liderar con mayor propósito o aprender herramientas para generar un impacto positivo en tu comunidad, estoy aquí para acompañarte.
Las sesiones individuales son un espacio seguro, basado en la Psicología Adleriana, que busca explorar y comprender patrones de pensamiento, emociones y creencias que influyen en tu vida diaria, para identificar patrones y creencias, impulsando desde el aliento nuevas formas de relacionarte contigo mismo y con los demás.
Las certificaciones de Disciplina Positiva te brindan herramientas prácticas para fortalecer tus relaciones personales y profesionales, fomentando respeto, conexión y responsabilidad. Aprenderás estrategias para empoderar a niños y adultos, liderar con coherencia y generar un impacto positivo en la crianza, la educación y las organizaciones.
La Certificación como Encouragement Consultant te ofrece herramientas basadas en la Psicología Adleriana para guiar a otros en la reconexión con su niño interior a través de las 3 As (Autoconsciencia, Aceptación y Acción), empoderándolos en su proceso de crecimiento y transformación personal.
Te ofrezco asesoramiento para abordar tus inquietudes, desde cómo manejar la conducta inmediata hasta fomentar el sentido de pertenencia y propósito en tus hijos. Juntos exploraremos estrategias prácticas que priorizan el autocuidado, el afecto y la autonomía.
