Si nos detenemos un momento e intentamos recordar nuestra infancia, no solo vendrán a nosotros todos esos momentos de alegría, seguramente también recordaremos nuestros miedos.
Tal vez le temíamos a la oscuridad, o al agua, tal vez a los truenos, al médico o a algunos animales; igual que nosotros nuestros hijos no están exentemos de sentir miedo.
Para ayudar a nuestros hijos con sus temores, es importante que recordemos qué tener miedo no es malo, pues incluso nos puede ayudar a ser más prudentes. Sin embargo, cuando éste no nos deja hacer nada, hay que prestarle más atención.
Una de las cosas que podemos hacer con los temores de nuestros hijos es:
- 𝐂𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐬𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐬𝐭𝐫𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐞𝐧𝐬𝐢ó𝐧. Por ejemplo: “hija, hablemos de tu miedo en las noches, cuéntame un poco más. Sabes que cuando estaba pequeña le tenía mucho miedo a los perros así como tu le tienes a la oscuridad”
- 𝐃𝐚𝐫 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐟𝐫𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨, así poco a poco lo podrá vencer. Por ejemplo: Leer o crear juntos un cuento acerca de su miedo “la oscuridad” Hacer juegos que le ayuden a enfrentan el miedo desde tu acompañamiento y apoyo. Por ejemplo: la gallinita ciega o descubre el objeto con los ojos vendados.
- 𝐂𝐨𝐧𝐟í𝐚 𝐞𝐧 𝐬𝐮 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫𝐥𝐨 𝐲 𝐦𝐮é𝐬𝐭𝐫𝐚𝐥𝐞 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐭𝐮 𝐚𝐩𝐨𝐲𝐨 cuando el o ella lo necesite, de esta manera se darán cuenta que con el tiempo y mucha paciencia no hay miedo que se resista.
Comenta 𝐒𝐈 en este post si presentaste algún miedo de niño.